En Ciudad Juárez, Chihuahua, algunos migrantes han logrado cruzar la Puerta 36 de la valla que separa México y Estados Unidos. A pesar de las dificultades y largas esperas, estos migrantes han logrado ingresar a El Paso, Texas, luego de recorrer kilómetros y esperar por horas. Principalmente provenientes de Centro y Sudamérica, especialmente de Venezuela, utilizan una aplicación llamada CBP-One para guiar su ruta hasta la frontera. Una vez en territorio estadounidense, deben pasar por una evaluación y demostrar que alguien los recibirá en Estados Unidos para poder ser admitidos.
Desde el lado mexicano, Juan Bernabé, de 50 años, y su hijo Giovanni, de 9, observan con esperanza el flujo de migrantes que logran cruzar la frontera. Han viajado desde Guatemala en busca de una mejor calidad de vida. Giovanni, motivado por la posibilidad de aprender inglés, decide acompañar a su padre en esta travesía.
Otros migrantes, desesperados por las restricciones en la Puerta 36, optan por buscar otros puntos de cruce a lo largo de la valla fronteriza. Alexander Torres, originario de Honduras, explica que la falta de seguridad y empleo en su país lo motivó a emigrar. Junto con su compañero de viaje, Moisés, continúan su camino en busca de una nueva ruta.
A pesar de los obstáculos y la incertidumbre, estos migrantes continúan luchando por sus sueños de una vida mejor. A medida que el calor aumenta en la frontera, las autoridades locales se esfuerzan por convencer a los migrantes, especialmente a aquellos que viajan con menores de edad, de trasladarse a refugios para evitar el sufrimiento causado por las altas temperaturas.
En la próxima entrega, se explorará el papel de la Casa del Migrante de Ciudad Juárez como refugio y punto de apoyo para los miles de migrantes que pasan por esta ciudad en su búsqueda del "sueño americano".
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