En medio de una creciente aversión al riesgo a nivel mundial, el peso mexicano sufrió una caída significativa, alcanzando su nivel más bajo en casi dos meses. La fuerza del dólar estadounidense y el aumento de las tasas de los bonos del Tesoro contribuyeron a esta depreciación. Además, el reciente recorte en la calificación crediticia de Estados Unidos por parte de Fitch generó incertidumbre y aversión al riesgo en los inversionistas, quienes buscaron refugio en el dólar y el yen japonés. Aunque algunos analistas sugieren que podría haber un cambio de tendencia, la mayoría espera una presión continua en el peso mexicano en los próximos meses.
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