
México reconoce daños ambientales del Tren Maya y planea restauración
El gobierno mexicano reconoció los daños ambientales del Tren Maya y planea un plan de restauración integral, aunque sin fecha ni presupuesto definido.

Tras cinco años de construcción, protestas, demandas legales, campañas ciudadanas y una constante negativa oficial, el Gobierno de México finalmente reconoció públicamente los daños ecológicos causados por el Tren Maya, uno de los megaproyectos insignia del expresidente Andrés Manuel López Obrador. La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de su titular Alicia Bárcena, anunció en conferencia de prensa la elaboración de un plan de restauración “integral” para mitigar los impactos ambientales en la península de Yucatán. Sin embargo, hasta el momento no hay una fecha clara para su implementación ni un presupuesto definido para su ejecución.
El costo ambiental del Tren Maya
Entre 2019 y 2023, la construcción del Tren Maya implicó la deforestación de más de 6,600 hectáreas, incluyendo la tala de más de siete millones de árboles. Además, afectó cerca de 125 cenotes y cavernas naturales, una parte fundamental del ecosistema subterráneo y del sistema hídrico del sureste mexicano. Según NotiPress, estos impactos son particularmente severos en el tramo 5 sur, que conecta Cancún con Tulum, donde se estima la pérdida de 3,600,000 de árboles. Este trayecto, además, cruza zonas ecológicamente sensibles como el sitio Ramsar “Anillo de Cenotes” en Yucatán, el Sistema Lagunar Catazajá en Chiapas y Tabasco, y la Reserva de la Biosfera Los Petenes en Campeche.
Responsabilidad y restauración
En una reunión con medios de comunicación y especialistas del sector ambiental, Alicia Bárcena reconoció que los trabajos del Tren Maya provocaron “afectaciones relevantes” en la biodiversidad y la estructura ecológica regional. En palabras obtenidas por El País, la secretaria enfatizó que la restauración debe ser profunda: "La restauración que requiere una obra como la del Tren Maya es una restauración tan integral porque tiene que haber reforestación". Por su parte, Marina Robles García, subsecretaria de Biodiversidad y Restauración Ambiental, aseguró que los costos del plan deberán ser asumidos por quienes llevaron a cabo la obra. “Tiene que pagar quien hizo la obra”, declaró, sin dar detalles específicos sobre los mecanismos de financiamiento ni sobre qué entidades o empresas serían responsables.
Acciones concretas para el rescate ambiental
El nuevo plan de rescate ambiental, aunque aún en fase de diseño, contempla diversas acciones. Según NotiPress, entre ellas están la eliminación de mallas metálicas que obstaculizan el paso de la fauna, la restauración de manglares degradados, y la prohibición de caminos secundarios en zonas selváticas utilizados con fines turísticos. Además, se proyecta la declaración del sistema de cenotes y cavernas de Quintana Roo como una reserva de la biosfera, en colaboración con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas. Esta medida, de concretarse, permitiría incluir la región en una red internacional de áreas ecológicamente protegidas.
Sergio Graf Montero, director de la Comisión Nacional Forestal (Conafor), también destacó que se buscará la participación de las comunidades locales en el plan: "La restauración que requiere una obra como el tren maya es una restauración tan integral porque tiene que haber reforestación, las propias comunidades pueden ser las que nos ayuden a restaurar el ecosistema forestal". En declaraciones para Azteca Noticias, Alicia Bárcena reiteró la importancia de la participación comunitaria en el proceso de restauración.
La respuesta del movimiento ambientalista
Desde el inicio de la construcción del Tren Maya, diversos colectivos ambientalistas denunciaron el impacto del proyecto. Uno de los más visibles ha sido Sélvame del Tren, surgido en 2022 como una campaña ciudadana para advertir sobre los riesgos ecológicos. Según El País, el colectivo celebró el reconocimiento oficial como un primer paso, pero advirtió que continuará en pie de lucha: "Desde este movimiento seguiremos estando abiertos al diálogo para lograr lo antes posible estas reservas que se han propuesto y las acciones para resarcir algunos de los daños ocasionados. Seguiremos en la denuncia y colaboración porque lo que más nos interesa es evitar más ecocidio y mitigar la mayor cantidad del daño". Guillermo D’Christy, hidrólogo e integrante del movimiento, lo resumió así en redes sociales: "Hoy, la autoridad ambiental nos da la razón. Reconoce que la construcción del mal llamado Tren Maya fue ilegal, violó la legislación ambiental y causó un gran impacto. Es momento de compensar, restaurar y proteger la selva que aún nos queda".
A pesar de las declaraciones oficiales y las promesas de restauración ecológica, ni la titular de la Semarnat ni sus funcionarios dieron fechas para el inicio del plan y tampoco se ha publicado algún presupuesto detallado o un cronograma de ejecución.
Compartir noticia