
Sedena firma contrato de 9 millones para ahuyentar fauna
La Sedena firmó un contrato por 9 millones para ahuyentar y sacrificar fauna cerca del Tren Maya, generando preocupación por su impacto ambiental.

El Universal, uno de los principales periódicos de México, ha revelado que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha firmado un contrato para gestionar a la fauna en las cercanías del proyecto del Tren Maya, clasificados como “fauna nociva”.
Aliado de la fauna o de la obra?
La noticia, elaborada por la periodista Alelhí Salgado, plantea una serie de interrogantes sobre la clasificación de animales como el jaguar y el venado como fauna dañina para la construcción del tren, en un contexto donde la intervención humana en la selva de la Península de Yucatán ha implicado la tala de árboles y apertura de caminos. La Sedena ha respondido a la investigación, asegurando contar con programas específicos para proteger a la fauna de la selva quienes tienen la responsabilidad de preservar tanto a la fauna como al medio ambiente.
Es importante destacar que las actividades de construcción del Tren Maya han generado controversia debido a su impacto en el ecosistema de la selva maya. Se han presentado denuncias por las perforaciones en el tramo 5, que han perjudicado el sistema Aktun T’uyul, poniendo en riesgo la biodiversidad de la zona. La situación ha generado una serie de cuestionamientos sobre la responsabilidad de los actores involucrados en el proyecto, así como la adecuada gestión de la fauna y el respeto por el medio ambiente.
Contratos millonarios y métodos cuestionables
El contrato entre la Sedena y la empresa Susoma Soluciones Ambientales S. de R. L de CV, por un monto de 9 millones 106 mil 290 pesos, ha suscitado preocupación entre los defensores del medio ambiente. Este acuerdo contempla diversas actividades de mitigación, que incluyen métodos como el uso de pirotecnia, trampas y dardos tranquilizantes para ahuyentar a la fauna. Sin embargo, estas prácticas han sido criticadas por su impacto en el ecosistema, generando un debate sobre la idoneidad de las medidas implementadas.
Por otro lado, el documento también hace mención de la poda de flora, reubicación de especies arbóreas, construcción de bebederos alejados del tren y creación de barreras naturales para desviar a los animales. Estas acciones, aunque destinadas a minimizar el contacto entre la fauna y la obra, plantean interrogantes sobre la efectividad y el respeto por el equilibrio ecológico en la zona.
La percepción pública y la respuesta institucional
La publicación de la investigación ha generado un amplio debate en redes sociales, con un aluvión de críticas hacia las medidas implementadas por la Sedena y la empresa constructor. La indignación de la población ha puesto de relieve la preocupación por la protección de la fauna y el resguardo del medio ambiente en el marco del proyecto arquitectónico. En respuesta a la controversia, la Sedena se pronunció a través de un comunicado, asegurando que dispone de programas específicos y sensibles para preservar y reubicar a la fauna en las cercanías de las vías y estaciones del tren. Sin embargo, estas declaraciones no han logrado acallar las voces críticas que cuestionan la compatibilidad de dichas acciones con el bienestar de la biodiversidad local.
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