Un fuerte terremoto sacudió las provincias chinas de Gansu y Qinghai, dejando al menos 118 personas fallecidas y 200 heridas. Los equipos de rescate enfrentan condiciones difíciles debido a las bajas temperaturas y la complicada geografía de la zona montañosa afectada. El gobierno chino ha desplegado recursos de ayuda, incluyendo bomberos, equipos médicos y suministros de emergencia. El presidente chino, Xi Jinping, instó a las autoridades locales a hacer todo lo posible para ayudar a los heridos y reconstruir la infraestructura dañada. El terremoto, de magnitud 6.2, ha causado daños significativos en edificios con poca resistencia sísmica, y muchos residentes no tuvieron tiempo de evacuar. Las redes sociales chinas mostraron imágenes de los esfuerzos de rescate, mientras que las autoridades han enviado tiendas de campaña, camas plegables, edredones y estufas para ayudar a las personas afectadas. El epicentro del terremoto se localizó en una zona sísmica cercana al Himalaya, propensa a movimientos telúricos debido a la fricción entre las placas tectónicas de Asia y la India. Otro sismo de magnitud 5.5 se registró en la región de Xinjiang, sin causar daños importantes.
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