Violencia y amenazas obligan a mujeres migrantes a dejar sus países, revela Acnur

El fenómeno migratorio en México, principalmente protagonizado por mujeres, se ve marcado por un triste motivo: la violencia. Según la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), más del 50% de las mujeres migrantes en México señalan las agresiones y las amenazas directas como la principal razón por la que dejaron sus países de origen. Este es un problema que se extiende tanto en la frontera norte, en Tijuana, como en el límite sur, en Tapachula, dejando a su paso historias de miedo y desesperación.

La travesía de las mujeres migrantes

María, una hondureña que por seguridad omite su nombre real, lleva cinco meses en Tijuana tras huir de San Pedro Sula debido a las amenazas de grupos criminales que la extorsionaban por sus negocios. Su travesía estuvo marcada por el miedo, ya que incluso en su paso por México, agentes del Instituto Nacional de Migración (INM) amenazaron con quitarle a su hija y realizarle pruebas de ADN, acusándola de tráfico de personas. Este es solo un ejemplo de las dificultades que enfrentan las mujeres migrantes en su búsqueda de seguridad.

Abusos y desprotección de mujeres migrantes

El 'Reporte del monitoreo de protección en México 2023' publicado por Acnur revela que casi un tercio de los migrantes en el país necesita protección, especialmente madres, sobrevivientes de abuso físico, sexual o psicológico, y mujeres embarazadas. Sin embargo, en lugar de encontrar refugio, más de la mitad de las personas entrevistadas en el norte de México por Acnur afirmaron haber sufrido algún tipo de abuso, como robo, extorsión y amenazas físicas o intimidación durante su tránsito por el país. La realidad en la frontera sur, en el Centro de Dignificación Humana (CDH), es aún más alarmante, donde se estima que el 70% de las migrantes han sufrido algún tipo de violencia en su vida.

Violencia injustificada a mujeres migrantes

Los testimonios de Arly Herlando y Andrea García, mujeres hondureña y salvadoreña respectivamente, muestran el maltrato sufrido por parte de las autoridades mexicanas. Herlando relata la violencia que experimentó cuando transitaba con sus hijos, mientras que García huyó de su país por la inseguridad y la violencia sexual que padecía de su pareja, encontrándose con abusos en México. Estos testimonios reflejan una triste realidad: la falta de protección y empatía hacia las mujeres migrantes.