Advierten que México será importador neto de petróleo para satisfacer su demanda interna

México enfrenta drástica reducción en producción de crudo, convirtiéndose en importador neto de productos refinados para satisfacer demanda interna.

Según un reciente análisis de la Agencia Internacional de Energía (AIE) sobre la producción de crudo en México, el país se encuentra ante un escenario preocupante en el que se proyecta una drástica reducción en su capacidad de generación de crudo para satisfacer sus propias necesidades. A diferencia de países como Estados Unidos y Canadá, que han logrado incrementar significativamente su producción de crudo en los últimos años, México se enfrenta a la falta de inversión, lo que ha desencadenado un pronóstico desalentador para la nación en materia de producción de crudo.

Expectativas para el 2030

De acuerdo con las estimaciones de la AIE, hacía el 2030 México no será capaz de generar la cantidad de crudo necesaria para abastecer su demanda interna, convirtiéndose en un importador neto de productos refinados. Se espera que la producción de crudo en el país se reduzca a 1.5 millones de barriles diarios (mb/d), lo que representaría una disminución significativa en comparación con años anteriores. Asimismo, se proyecta que las exportaciones de crudo se reducirán a 130 mil barriles diarios, lo que evidencia un preocupante deterioro en la capacidad de México para mantenerse como un jugador relevante en el mercado internacional de crudo.

Caída en la producción de crudo

El informe de la AIE señala que México experimentará la mayor caída en la producción de crudo, no solo entre los países productores, sino a nivel mundial. Se estima que la reducción alcanzará los 640 mil barriles diarios (kb/d), lo que situaría al país en una posición de vulnerabilidad en términos de producción de crudo. Aunque se prevé un breve respiro entre 2021 y 2023, ocasionado por el aumento en la producción del campo de condensado de Quesqui, no se espera que este repunte sea sostenible a largo plazo. La AIE atribuye este preocupante panorama a diversos factores, entre los que se destacan la restricción severa de inversiones por parte de Pemex, así como una serie continua de incidentes graves en sus plataformas marinas, lo cual ha minado la confianza tanto del público como de sus socios.

Incertidumbre en el futuro de la producción de crudo

Según las proyecciones de la AIE, el panorama futuro de la producción de crudo en México no presenta indicios alentadores. Se espera que, durante el periodo previsto, solo dos proyectos importantes se pongan en marcha, siendo éstos el campo Trion de 100 kb/d y el proyecto Pit de 80 kb/d. A diferencia de otros países de la región, México no cuenta con una lista de proyectos previamente autorizados que puedan contribuir a la recuperación de la producción a medida que sus campos petrolíferos existentes maduren. Esta incertidumbre en torno al futuro de la producción de crudo representa un desafío significativo para el país, que se ve abocado a una situación en la que su capacidad para satisfacer su demanda interna se verá comprometida de manera sustancial.

El papel de Pemex

La participación de Pemex en el escenario de la producción de crudo en México cobra especial relevancia, siendo el principal actor en la industria petrolera del país. Sin embargo, la empresa estatal ha enfrentado importantes desafíos que han incidido de manera negativa en su desempeño. La AIE destaca que más de la mitad de la producción de Pemex proviene únicamente de 7 de sus 240 campos, lo que evidencia una concentración de la actividad en un número reducido de yacimientos. Asimismo, se ha observado una tendencia por parte de Pemex a centrarse en el crecimiento de la producción de crudo en campos terrestres y de aguas poco profundas, en detrimento de los yacimientos de recursos más grandes en aguas profundas. Esta estrategia, sumada a la falta de diversificación en términos de proyectos de producción de crudo, ha contribuido a acentuar la vulnerabilidad de México en este ámbito.

El desafío de la refinación

A pesar de ser uno de los mayores productores de petróleo, México continuará enfrentando el desafío de ser un importador neto de productos refinados para satisfacer su demanda interna. La situación actual del sistema de refinación del país se caracteriza por operar muy por debajo de las tasas de utilización promedio, lo cual se atribuye al envejecimiento de los activos. Si bien se espera que Pemex realice inversiones orientadas a la mejora y ampliación de varias de sus refinerías, la puesta en marcha de la refinería Dos Bocas de 340 kb/d ha enfrentado obstáculos que han generado incertidumbre sobre su entrada en funcionamiento. Si bien se anticipa que esta refinería podría reducir la dependencia de México de Estados Unidos en materia de combustible, su puesta en marcha completa se estima que tomará varios años, lo que plantea interrogantes sobre la capacidad de México para revertir su condición de importador neto de productos refinados en el corto plazo.

Perspectivas a mediano plazo

A pesar de los desafíos que enfrenta en materia de producción de crudo y refinación, se prevé que México experimente un periodo de crecimiento a mediano plazo. La AIE destaca que si bien la operación de refinería se acelerará y el crecimiento de la demanda de líquidos se desacelerará, el país seguirá requiriendo alrededor de 300 kb/d de combustibles importados en 2030 para satisfacer su demanda. Este escenario subraya la necesidad de implementar medidas orientadas a fortalecer la capacidad de producción y refinación de crudo en el país, a fin de reducir su dependencia de las importaciones y garantizar un abastecimiento suficiente para sus necesidades internas.

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