Eric Schmidt, ex CEO de Google, desafía sus propias advertencias con inversiones en IA china
Eric Schmidt, ex director de Google, invierte en IA china a pesar de advertir sobre amenazas estratégicas. Complejidad ética y estratégica.
El ex director ejecutivo de Google, Eric Schmidt, ha generado controversia debido a sus inversiones en la industria de inteligencia artificial (IA) de China, a pesar de haber advertido anteriormente sobre los riesgos estratégicos que representa el avance de la IA en manos chinas.
En 2019, la fundación privada de Schmidt invirtió 17,000,000 de dólares en Gaoling Feeder, un fondo que respalda a Hillhouse Capital, un consorcio de inversión privada chino con diversas empresas de IA en su cartera. Asimismo, se ha revelado que la Schmidt Family Foundation ha invertido en Tencent Holdings y Alibaba Group, ambas compañías que han incursionado en el desarrollo de modelos de IA en China.
Advertencias sobre la IA
Anteriormente, Eric Schmidt, en su calidad de presidente de la Comisión de Seguridad Nacional sobre Inteligencia Artificial (NSCAI), expresó su preocupación sobre el avance de la IA, advirtiendo que representa una amenaza estratégica para Estados Unidos. En un informe provisional, argumentó que el liderazgo de Estados Unidos en innovación estaba en riesgo debido al avance de la IA y señaló que esta tecnología podía ser utilizada para amenazar a ciudadanos estadounidenses, sus aliados y sus valores. Además, tanto Schmidt como otros miembros de la NSCAI criticaron a China por emplear la IA para fomentar una agenda autocrática y cometer violaciones de derechos humanos.
El informe de la NSCAI resalta las reuniones estratégicas de Eric Schmidt con figuras clave en la industria de la inteligencia artificial en China. Estas reuniones han generado preocupación, ya que algunas de las empresas respaldadas por los inversores chinos están involucradas en violaciones a los derechos humanos y operaciones militares en China.
El caso de Eric Schmidt pone de manifiesto la complejidad de las inversiones en tecnología y la necesidad de un debate ético y estratégico más amplio sobre el papel de la IA en el escenario mundial. Esta situación también evidencia la delicada relación entre la inversión en empresas chinas de tecnología y las advertencias sobre los riesgos que representan para la seguridad nacional y los valores democráticos.
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