Impacto de la industria floricultora en Colombia: Entre rosas de San Valentín y duras condiciones laborales
La industria de las flores en Colombia se prepara para exportar alrededor de 700 millones de tallos de flores, en su mayoría rosas, con destino a Estados Unidos para abastecer la creciente demanda del Día de San Valentín. Este crecimiento desencadena el despegue diario de 30 a 40 vuelos cargados de cajas de flores con destino al mercado global. A pesar de ser una época próspera para el sector de la floricultura en Colombia, representa condiciones laborales desafiantes para las trabajadoras que se encargan de sembrar, cosechar y empaquetar las flores. Impacto en la salud de las trabajadoras
Estudios de salud pública en Colombia
han revelado que las trabajadoras de la industria floricultora enfrentan duras condiciones laborales que afectan su salud. La médica social y profesora de la Universidad Javeriana, Amparo Hernández Bello, detalla que las trabajadoras se ven expuestas a posturas incómodas, cambios bruscos de temperatura en los invernaderos, actividad mecánica con efectos osteomusculares y contacto directo con agroquímicos. Dichas condiciones laborales han derivado en enfermedades respiratorias, dermatológicas, alergias y estrés relacionado con la presión laboral. A pesar de los múltiples informes sobre la exposición a plaguicidas en la producción de flores, se ha regulado el uso de ciertos pesticidas, lo que ha contribuido a mejoras parciales en las condiciones laborales. La normativa vigente promueve la mejora de las condiciones de trabajo y la protección social, pero aún existen empresas que no cumplen completamente con estas normas. Regulaciones y desafíos La profesora Hernández Bello destaca que si bien ha habido avances en la formalización y en el suministro de elementos de protección personal al manipular plaguicidas, esto no es suficiente para garantizar la salud de las mujeres trabajadoras. Aunque la ley exige que las empresas proporcionen trajes y guantes para limitar el contacto con los productos químicos, en muchos casos estas normas no se cumplen debido a la presión laboral a la que están sometidas las empleadas. A pesar de los esfuerzos por mejorar las condiciones laborales, aún existe un camino por recorrer para garantizar un entorno seguro y saludable para las trabajadoras de la industria floricultora en Colombia
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