Maestro usa ChatGPT para detectar trampas en clase de matemáticas.

ChatGPT se utiliza en educación para ahorrar tiempo, pero profesores como Lucas Markarian buscan métodos para detectar su uso indebido en tareas, ya que esto impide el aprendizaje profundo de los estudiantes.

El uso de herramientas de inteligencia artificial (IA) generativas, como ChatGPT, en la educación ha generado un debate acalorado sobre sus beneficios y riesgos. Si bien estas herramientas pueden ser útiles para ahorrar tiempo y esfuerzo, también plantean desafíos éticos y pedagógicos.

El dilema de la IA en la educación

Muchos estudiantes recurren a las IAs generativas como Copilot, Gemini o DeepSeek para completar tareas escolares, lo que puede reducir su tiempo de estudio pero también afectar su comprensión de los conceptos. Por otro lado, algunos profesores utilizan la IA para preparar clases, aunque aún enfrentan dificultades para detectar si un trabajo es producto del razonamiento del estudiante o de un chatbot.

Detectando el uso indebido de la IA

En materias como sociología o filosofía, es relativamente sencillo identificar cuando un texto no corresponde al estilo habitual de un alumno. Sin embargo, en asignaturas como matemáticas, donde hay una única respuesta correcta, la detección del uso de la IA se vuelve más compleja.

Lucas Markarian: Un profesor que lucha contra el uso indebido de la IA

Lucas Markarian, profesor de matemáticas en una escuela primaria y secundaria en Marsella, Francia, ha abordado el tema de ChatGPT en su canal de TikTok. Ante el desafío del uso indebido de la IA por parte de sus alumnos, decidió utilizar la misma herramienta para diseñar un método que le permitiera descubrir quién hacía trampa.

Su estrategia consiste en recoger las tareas de los alumnos y asignarles exactamente el mismo ejercicio para resolverlo en clase. De este modo, aunque un estudiante tenga la respuesta correcta en su tarea, si había recurrido a la IA, no sería capaz de desglosar adecuadamente las operaciones que llevaron al resultado.

Según Markarian, esta técnica es "muy efectiva". Por ejemplo, si un estudiante obtiene una calificación alta en la tarea pero baja o reprobatoria en el trabajo en clase, se convierte en evidencia clara de que hizo trampa.

La importancia del aprendizaje auténtico

A pesar de sus esfuerzos por combatir el uso indebido de la IA, Markarian no está en contra del uso de estas herramientas. Su objeción radica en que los estudiantes las utilicen únicamente para ahorrar tiempo y esfuerzo, lo que inevitablemente se traduce en una falta de comprensión de los ejercicios propuestos.

El profesor considera que el uso de IAs como ChatGPT para las tareas no convierte a los estudiantes en "malos alumnos", sino que, por el contrario, demuestra que "no son lo suficientemente inteligentes como para saber cómo hacer trampa".

Según Markarian, hay más evidencia de estas prácticas. Por ejemplo, los alumnos suelen copiar íntegramente las respuestas generadas por la IA, incluso cuando los desgloses matemáticos son más avanzados de lo que han aprendido en clase.

La necesidad de pruebas de honestidad

Ante este desafío, Markarian propone la realización de "pruebas de honestidad", que pueden realizarse días antes de asignar la tarea o inmediatamente después de entregarla. Estas pruebas buscan evaluar el conocimiento real del estudiante y disuadir el uso indebido de la IA.

En todos los casos, el argumento de Markarian es el mismo: si un estudiante hace trampa, puede perder calificación y, lo más importante, dejar de aprender las lecciones. Es fundamental que la educación se centre en el aprendizaje auténtico y en el desarrollo de habilidades críticas para el siglo XXI.

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