
¿Posponer la alarma afecta tu sueño? La ciencia lo revela
Posponer la alarma puede interrumpir etapas vitales del sueño y afectar negativamente la función cognitiva.

El debate sobre si posponer la alarma del despertador es beneficioso o perjudicial para nuestra salud y productividad ha generado diversas opiniones entre los expertos en sueño. Si bien la tentación de “solo cinco minutos más” es común, la ciencia sugiere que este hábito podría estar afectando negativamente nuestra calidad de vida.
El Impacto del Botón de Repetición en Nuestro Sueño
La Dra. Rebecca Robbins, científica del sueño, explica que esa primera alarma puede interrumpir etapas vitales del sueño, especialmente el sueño REM, crucial para nuestra función cognitiva y la consolidación de la memoria. Al presionar repetidamente el botón de posponer, es poco probable que regresemos a esta fase profunda del sueño, lo que resulta en un sueño de baja calidad y fragmentado.
Sin embargo, existen expertos como el Dr. Justin Fiala, quien argumenta que no hay consenso sobre si este sueño ligero inducido por el botón de repetición siempre es más perjudicial que beneficioso. Por un lado, perder un sueño de calidad podría aumentar el riesgo de deterioro cognitivo y afectar nuestro estado de ánimo. Pero, por otro lado, los individuos con un cronotipo nocturno, quienes naturalmente se sienten más activos por la noche, podrían beneficiarse al pasar de etapas de sueño más profundas a la vigilia.
La Importancia de Un Horario de Sueño Regular
Independientemente del cronotipo, la mayoría de los expertos en sueño enfatizan que los adultos deben dormir entre 7 y 9 horas por noche para una buena salud y bienestar emocional. Dormir lo suficiente también reduce la sensación de cansancio al despertar, pero la constancia en el horario de sueño es tan importante como la duración. Una rutina matutina regular ayuda a reducir la sensación de inercia del sueño al despertar, permitiéndonos conciliar el sueño más rápido.
Consejos para Optimizar Tu Rutina Matutina
En lugar de depender del botón de posponer, se recomienda programar la primera alarma lo más tarde posible y aprovechar el tiempo extra para incorporar hábitos que fomenten la vigilia. Estiramiento, escritura en un diario o preparar un desayuno nutritivo son actividades que pueden marcar la diferencia en cómo empezamos el día. Además, permitir que la luz natural entre por las ventanas durante la mañana puede ayudar a indicar a nuestro cuerpo que se despierte.
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