Samsung recibe millonaria inversión de Estados Unidos para fabricación de chips en Texas
Estados Unidos invierte en Samsung para producir semiconductores en Texas, reduciendo la dependencia de China y Corea del Sur.
El gobierno de Estados Unidos ha anunciado una significativa inversión para la empresa Samsung, con el propósito de fomentar la fabricación de semiconductores avanzados en suelo estadounidense. Esta estrategia busca aumentar la producción de chips y disminuir la dependencia de importaciones de países como China, Corea del Sur y Taiwán.
Con una inversión de más de 40,000 millones de dólares, Samsung planea construir un centro de fabricación de chips en Taylor, Texas, y expandir sus instalaciones existentes en Austin. Esta expansión cuenta con un respaldo financiero directo de hasta 6,400 millones de dólares bajo la 'Ley bipartidista CHIPS and Science'.
Apoyo del Gobierno de Estados Unidos
El gobierno de Estados Unidos otorgará 6,400 millones de dólares en subvenciones a Samsung Electronics para respaldar sus inversiones en la fabricación de chips en Texas. Además, la compañía tiene previsto solicitar un crédito fiscal al Departamento del Tesoro para cubrir hasta el 25% de los gastos de capital calificados.
El centro de Texas se centrará en la investigación, desarrollo y producción de chips avanzados, con el objetivo de producir alrededor del 20% de los chips lógicos avanzados del mundo para finales de la década.
Se espera que esta inversión genere al menos 21,500 empleos, y hasta 40 millones de dólares de los fondos de la Ley CHIPS se destinarán a la capacitación y desarrollo de la fuerza laboral local.
Colaboración estratégica
Esta inversión representa una colaboración estratégica entre Estados Unidos y Samsung, con implicaciones que van más allá de la economía y la tecnología, afectando la geopolítica y la seguridad nacional de países altamente competitivos en la carrera tecnológica como China y Corea del Sur.
Esta iniciativa busca consolidar el papel del centro de Texas como un ecosistema de semiconductores de última generación, mientras Estados Unidos busca liderar la carrera tecnológica global y limitar el avance tecnológico de sus rivales, al mismo tiempo que busca depender menos de otras naciones en este ámbito.
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