¿Dormir mucho o poco aumenta el riesgo de enfermedades?

La duración del sueño afecta el peso y la salud. Dormir poco o mucho aumenta el riesgo de obesidad y enfermedades cardiovasculares.

Los hábitos cotidianos de las personas, como la alimentación y el sueño, han cobrado una relevancia significativa en relación con la incidencia en la salud. Diversos estudios han sugerido que la duración inadecuada del sueño, ya sea por deficiencia o exceso, puede estar asociada a un mayor riesgo de padecer sobrepeso, obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Esta relación, respaldada por la comunidad científica, plantea un escenario en el que el sueño adquiere un rol crucial en la prevención de afecciones crónicas.

La duración del sueño y su influencia en el peso corporal

Investigaciones en el campo de la medicina preventiva y la nutrición han evidenciado que la duración inadecuada del sueño puede impactar en el peso corporal. Tanto la carencia como el exceso de sueño han sido vinculados con un mayor riesgo de desarrollo de condiciones relacionadas con el sobrepeso y la obesidad. En este sentido, una de las explicaciones propuestas se centra en el efecto del sueño sobre las hormonas que regulan el hambre, como la grelina y la leptina, lo que a su vez podría desencadenar un aumento del apetito y, en consecuencia, influir en la elección de alimentos con un mayor contenido calórico. De igual manera, la duración inadecuada del sueño se ha asociado con un incremento en la ingesta total de calorías, lo cual representa un factor determinante en el aumento de peso.

El impacto en enfermedades crónicas

Más allá de su relación con el peso corporal, la duración inadecuada del sueño también ha sido vinculada con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, incluyendo la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Estudios especializados han planteado que tanto la carencia como el exceso de sueño podrían influir negativamente en la salud metabólica, predisponiendo a alteraciones como la resistencia a la insulina y el aumento de la inflamación en el organismo, factores determinantes en el desarrollo de diabetes y enfermedades del corazón. Estos hallazgos refuerzan la importancia de promover pautas de sueño saludable como parte fundamental de las estrategias de prevención de enfermedades crónicas.

Trastornos del sueño y su impacto en la salud

Es crucial abordar la importancia de identificar y tratar los trastornos del sueño, los cuales pueden manifestarse a través de diversos signos y síntomas. La somnolencia diurna excesiva, la respiración irregular o el aumento del movimiento durante el sueño y la dificultad para conciliarlo, son indicadores que ameritan atención especializada. El insomnio, la apnea del sueño, el síndrome de las piernas inquietas y la narcolepsia son ejemplos de trastornos del sueño que, de ser diagnosticados a tiempo, pueden ser tratados de manera efectiva, contribuyendo así a mitigar su impacto en la salud.

El sueño y el sistema inmunológico

Un aspecto relevante que no debe pasar desapercibido es la relación entre la duración del sueño y el sistema inmunológico. La falta de sueño ha sido asociada con una mayor vulnerabilidad a enfermedades, debido a su capacidad para afectar la respuesta inmune del organismo. Quienes presentan deficiencias en la duración y calidad del sueño, pueden experimentar una disminución en la eficacia de su sistema inmunológico, volviéndolos más propensos a infecciones virales y a un deterioro en el proceso de recuperación de enfermedades. Es por ello que, fomentar hábitos de sueño adecuados cobra un papel fundamental en la promoción de la salud y la prevención de enfermedades.

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