¿El frío te hace enfermar? La ciencia explica cómo protegerte

El frío no causa enfermedades, pero debilita el sistema inmunológico haciéndonos más vulnerables a virus y bacterias.

El cambio climático y sus efectos en la salud son temas de constante debate. Aunque se percibe que el frío o el viento pueden causar enfermedades, la realidad es más compleja. Los virus y las bacterias son los verdaderos responsables de las infecciones, pero los cambios bruscos de temperatura pueden afectar nuestro sistema inmunológico, dejándonos más vulnerables a estos agentes infecciosos.

El papel del clima en nuestra salud

Durante generaciones, se ha creído que el frío o el viento son los causantes de enfermedades como la gripe. Sin embargo, la ciencia nos ofrece una explicación más precisa: no es el clima en sí mismo lo que causa enfermedades, sino que los cambios bruscos de temperatura pueden debilitar nuestras defensas, haciendo que sea más fácil contraer infecciones virales o bacterianas.

Los expertos en salud explican que nuestro sistema inmunológico puede verse comprometido ante estas variaciones climáticas extremas. Especialmente si pasamos de un ambiente cálido a uno frío sin la protección adecuada, las defensas de nuestra vía respiratoria se debilitan y pierden su capacidad para barrer las partículas de virus o polución del ambiente. Esto facilita la entrada de estos microorganismos en nuestro tracto respiratorio y aumenta el riesgo de infecciones virales.

Factores que aumentan el riesgo de contagio

Además de los cambios bruscos de temperatura, otros factores pueden aumentar nuestra vulnerabilidad a enfermedades durante épocas frías. Por ejemplo, en invierno es más común que las personas permanezcan en espacios cerrados y poco ventilados, lo que aumenta la probabilidad de contagio debido a la cercanía entre individuos.

Es importante recordar que el estrés térmico, causado por cambios bruscos de temperatura, también puede afectar nuestro cuerpo. Esto puede provocar síntomas como dolor de cabeza, fatiga, malestar general y dolores articulares. Estos efectos son más notorios en personas con sistemas inmunológicos debilitados o con enfermedades crónicas.

Medidas para prevenir enfermedades

Si bien no podemos controlar el clima, podemos tomar medidas para proteger nuestra salud durante las épocas de transición climática. Abrigarse correctamente al salir en días fríos, evitar cambios bruscos de temperatura y mantener una buena hidratación son pasos esenciales.

Consumir alimentos ricos en vitaminas, especialmente vitamina C, D, A y zinc, también es crucial para fortalecer nuestro sistema inmunológico. Estas vitaminas juegan un papel importante en la función del sistema inmune y nos ayudan a combatir infecciones. Además, ventilar los espacios cerrados regularmente ayuda a reducir la acumulación de virus en el ambiente y disminuye el riesgo de contagio.

En muchos casos, una alimentación balanceada es suficiente para mantener un sistema inmunológico fuerte. Sin embargo, si se detecta alguna deficiencia, un médico puede recomendar suplementos como vitamina C, D o zinc. Es importante consultar con un profesional de la salud antes de tomar cualquier suplemento para asegurar una evaluación completa de nuestro estado.

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