Jeff Bezos y su fascinación por el espacio: de Apolo 11 a Blue Origin

Jeff Bezos se inspiró en el Apolo 11 para fundar Blue Origin y recuperar motores de la misión, cumpliendo su pasión por el espacio.

En la mañana del 16 de julio de 1969, más de 600 millones de personas en todo el mundo se encontraban frente a sus televisores presenciando un evento histórico: el lanzamiento de la misión Apolo 11 a la Luna. Este acontecimiento no solo cambiaría el rumbo de la exploración espacial, sino que también marcaría el inicio de una fascinante carrera relacionada con el espacio para uno de los observadores más jóvenes del evento, un niño de apenas cinco años llamado Jeff Bezos. Años más tarde, este pequeño espectador se convertiría en el fundador de una de las empresas más influyentes del mundo: Amazon.

El legado del Apolo 11

El lanzamiento de la misión Apolo 11 no solo cumplió con el objetivo de llevar a los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin a la superficie lunar, sino que también dejó una profunda impresión en la vida de Bezos. En una reciente publicación en video de Blue Origin, la empresa aeroespacial fundada por él, Bezos explica cómo el evento despertó en él una profunda fascinación por el espacio: “No puedes elegir tus pasiones, tus pasiones te eligen a ti. Desde que tenía 5 años, cuando Neil Armstrong pisó la superficie de la luna, me ha apasionado el espacio, los cohetes, los motores de cohetes, los viajes espaciales”.

Esta pasión por el espacio no se limitó a la admiración. En 2012, cuando Bezos ya se había consolidado como una de las personas más adineradas del mundo, tomó la iniciativa de financiar el rescate de los motores F-1 que lanzaron las misiones Apolo. Esta decisión surgió de manera inesperada, mientras navegaba por internet desde la comodidad de su hogar.

La recuperación de los motores F-1

Bezos, con su característico espíritu emprendedor, dio con las coordenadas del impacto del cohete Saturno V que había lanzado la misión Apolo 11. Con el respaldo del fondo Bezos Expedition, el fundador de Amazon reunió a un equipo especializado en la recuperación de objetos sumergidos en el océano. Este equipo, conocido como el F-1 Engine Recovery Project, estuvo compuesto por ingenieros, historiadores y expertos en recuperación marina, quienes se embarcaron en una ardua misión con tecnología de punta en robótica submarina.

Innovación tecnológica al servicio de la exploración espacial

La búsqueda de los motores F-1 no fue una tarea sencilla. Durante varios meses, el equipo se dedicó a mapear detalladamente el área del océano donde se creía que habían caído los restos del cohete. Para ello, utilizaron un sonar de barrido lateral con el objetivo de detectar anomalías en el lecho marino. Una vez identificados los posibles sitios de interés, los vehículos submarinos operados remotamente (ROV) descendieron para realizar una inspección visual más precisa y confirmar la presencia de los motores.

En su blog, Bezos hizo referencia a la tecnología empleada para la recuperación, manifestando: “La tecnología utilizada para la recuperación es, a su manera, tan sobrenatural como la propia tecnología Apolo”.

Un hallazgo de gran valor histórico

Finalmente, en marzo de 2013, el equipo logró recuperar varios componentes de los motores de la misión Apolo 11, los cuales se encontraban a una profundidad de 4,300 metros en el Océano Atlántico. Entre los elementos recuperados se encontraban cámaras de empuje, generadores de gas, inyectores, intercambiadores de calor, turbinas, colectores de combustible y decenas de otros componentes, tanto de la misión Apolo 11 como de otras misiones Apolo.

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