¿Podríamos vivir del aire? La ciencia explora nuevos nutrientes en el ambiente

La ciencia reevalúa el "breatharianismo", descubriendo que el aire podría contener nutrientes absorbidos en cantidades pequeñas a través de la nariz y los pulmones.

Hace aproximadamente una década, el mundo fue sorprendido por la noticia del "breatharianismo", un movimiento que aseguraba que era posible vivir casi exclusivamente del aire y la luz solar. Aunque esta afirmación fue en gran parte ridiculizada y los intentos de llevarla a la práctica resultaron peligrosos y trágicos, ahora la ciencia invita a reconsiderar esta idea desde una perspectiva diferente.

Nutrición del Aire: una Nueva Perspectiva

Según un artículo de New Scientist, existe una creciente evidencia de que podríamos estar absorbiendo nutrientes del aire, aunque en cantidades mucho menores y no como única fuente de sustento. Esta nueva forma de nutrición, conocida como aeronutrición, está siendo estudiada por destacados científicos australianos como Flávia Fayet-Moore de la Universidad de Newcastle y Stephen Robinson de la Universidad RMIT.

El interés de estos científicos se despertó tras leer un artículo de Paul Trayhurn que proponía considerar el oxígeno como un nutriente debido a su papel indispensable en el mantenimiento de la vida. Motivados por este concepto, comenzaron a explorar exhaustivamente la literatura científica y descubrieron que el aire podría contener más nutrientes de los que imaginamos.

El Proceso de Absorción de Aeronutrientes

La cavidad nasal es capaz de captar partículas microscópicas que luego ingresan al torrente sanguíneo a un ritmo eficiente que también se aprovecha en la administración de ciertos medicamentos. Esta zona facilita no solo el intercambio de gases vitales, sino también el transporte de moléculas hacia el sistema nervioso central a través del epitelio olfativo. Los pulmones, mediante los alvéolos, también juegan un papel crucial en la transferencia de moléculas desde el aire a la sangre, incluyendo nutrientes potenciales.

Evidencia Científica de Aeronutrientes Específicos

El iodo es quizás el ejemplo más notable de un nutriente que podemos absorber del aire. Desde la década de 1960, investigadores han observado que la concentración de iodo en el aire puede variar significativamente y que su inhalación podría atender hasta un 7,3% de las necesidades diarias recomendadas. Además, el manganeso, un elemento importante para las funciones cerebrales, también ha sido identificado como un posible aeronutriente gracias a su capacidad de absorberse a través del tejido nasal directamente al cerebro.

El potencial de los aeronutrientes es amplio y abarca muchas áreas de la salud y la tecnología. Los expertos como Fayet-Moore vislumbran un futuro donde la suplementación mediante inhalación podría revolucionar la manera en que abordamos las deficiencias de micronutrientes. En espacios artificiales como submarinos y estaciones espaciales, donde el aire es filtrado y controlado, esta innovación podría ser esencial.

Además, los efectos positivos de pasar tiempo en entornos naturales podrían explicarse parcialmente por esta forma de nutrición, sugiriendo que asociarse con la naturaleza provee más que solo beneficios psicológicos. La relación entre Salud y naturaleza se vuelve aún más profunda cuando consideramos este nuevo aspecto de la nutrición.

Compartir noticia

Copyright ©2025 Todos los derechos reservados | TVOAI